Todos los días pienso que debería estar en ese bar. Cada día me digo que hoy puede ser un buen día para que mis glúteos se posen en alguna silla de la terraza de ese bar. Y disfrutar, por favor. Pero. Nunca entro en ese bar. Sabes, lo que hago es rozarme todos los días…
Nunca voy a mi bar favorito









