Gonzalo Simón Rey: “¿Quién quiere ser libre hoy en día? Preferimos esclavizarnos a algo porque eso nos da seguridad”

Gonzalo Simón Rey

A Gonzalo Simón Rey lo conocí en la sala La Riviera de Madrid un día de 2001 por medio de nuestro amigo en común César López. Enseguida me llamó la atención su discurso diferente, su personalidad, su clarividencia. Era distinto. Gonzalo decía cosas como que en la vida uno tiene que hacer lo que desea y no limitarse a la imposición social que obligan a tener un buen trabajo, hijos, una casa. Y él lo hacía, se salía de la norma. Sonriendo y afirmando durante toda la noche, me dije a mi mismo que afortunadamente había ‘gente así’ por el mundo. A pesar de que había pensado muchas veces en la impresión que Gonzalo me había producido aquella noche, no supe más de él hasta las últimas navidades cuando César me dijo por teléfono algo así como, “¿te acuerdas de Gonzalo? Pues ha escrito un libro. Está totalmente enfocado”. Nada más terminar la conversación con mi amigo, busqué en Internet la novela de Gonzalo Simón. Se llamaba La Llamada y trataba sobre la búsqueda del anhelo del alma, esa llamada interna que todos escuchamos pero que muy pocos siguen… Todo esto me sonaba por supuesto. Así que al poco me puse en contacto con Gonzalo y éste me explicó entusiasmado su proceso, su historia. Ahora era un escritor, había escrito un libro, estaba caminando su propia senda, estaba siguiendo el anhelo de su alma.

 ¿Recuerdas aquella noche en la Riviera? Estoy seguro que me impactó mucho más a mi que a ti, pero tal vez te suene.

Sí, claro que me acuerdo. Me acuerdo que tú también estabas en tu búsqueda personal. Tuvimos una conversación que no era normal tenerla por la noche en una sala de conciertos.

En una sala de conciertos de Madrid, tu ciudad, donde creciste con tu familia.

Soy madrileño. Nací en el año 1.973 y tengo una hermana que quiero mucho. En la primera etapa en el  colegio me lo pasé genial, y tenía muchos amigos. Pero cuando tenía 11 años mi padre perdió el trabajo y pasamos ciertas dificultades en casa. El colegio era costoso y mi reacción fue hacerme muy responsable, porque no quería ser una carga para mi familia. No quería causar problemas en casa y me dediqué básicamente a estudiar. Esto me llevó a hacerme un poco retraído y me aislé durante varios años. Luego, la situación en casa mejoró, salí de mi propio mundo y volví a tener una buena vida social.

Durante esta etapa de tu vida, ¿empiezas a sentir de alguna manera esos latidos espirituales, esos primeros golpecitos del alma? ¿Te sientes distinto?

La experiencia espiritual que más impacto en mi vida fue fruto de comenzar a practicar la meditación a los 21 años. Todos los días me sentaba a escuchar mi respiración durante 10 minutos. Al cabo de un año de realizar este ejercicio, de repente, noté como que la habitación se expandía. Fue una experiencia extraordinaria, algo así como escuchar el silencio. Es una de las experiencias más importantes de mi vida.

Los viajes te inspiran y tu has viajado mucho. Viviste en Venezuela, en Kenia…

He viajado mucho y esto me ha enriquecido. Mi padre consiguió un trabajo en Venezuela y nos fuimos toda la familia cuando tenía 16 años. Fue una apertura total de mente. En Venezuela aprendí a ver la vida de una manera completamente distinta a como se veía en España. Me encantó la música, la comida. Fue una experiencia genial con 16 años.

En Kenia me fui a trabajar con 23 años. Fue mi primer trabajo. Allí montamos una central eléctrica que sirvió para alumbrar a medio Nairobi. Como fue mi primer trabajo quise hacerlo lo mejor posible. Hice muchos amigos en Kenia. La experiencia me ayudó a madurar mucho, tanto profesionalmente como humanamente. Salir de la zona de confort siempre ayuda. Cuando volví a España era una persona cambiada.

Entrevista (1)

 

Y luego viene Londres. Habías estudiado unas buenas carreras, consigues un buen trabajo, ganas bastante dinero, todo parece ir viento en popa, pero sin embargo…

En Londres me pasé cinco años trabajando en el mundo financiero en la City. Al principio es fascinante porque entras en un mundo desde donde se toman decisiones que afectan a miles de personas. Pero luego poco a poco me fui vaciando por dentro ya que la única motivación real que había era ganar dinero. “How much?” Era la pregunta que me hacían casi todos los días. Dinero, dinero, dinero. Un día en Londres, en medio de una crisis personal de valores, me pregunté para que había nacido. Y además me dio un dolor tremendo en el pecho, quizás por el malestar interno que sentía. Pensé: “Yo he nacido para algo más que para estar haciendo operaciones financieras y acrecentar un número en la cuenta corriente del banco”. Así que en febrero del 2003 decidí dejar ese mundo. Cuando me fui la mayor parte de mis compañeros me felicitaron, porque ellos en el fondo querían  hacer lo mismo, pero no se atrevían, a pesar de los grandes sueldos que ganaban.

¿Qué sentiste el día que dejaste el trabajo? ¿En algún momento o después te llegaste a decir algo así como qué he hecho?

El día que dimití fui a recursos humanos y salí del banco a eso de las seis de la tarde. Era noche cerrada en Londres. Volví a casa caminando, que estaba a unas dos horas de distancia. Miré al cielo y di las gracias. Di las gracias por la ayuda que había recibido para tener la valentía de dejar aquel mundo. Y sentí agradecimiento y paz. Pero además sabía que en ese momento un nuevo mundo se abría ante mi. Fue una buena sensación.

¿Algunas vez has tenido la tentación de volver a la oficina, de tener un jefe, un horario, una interacción, e incluso una discusión?

No ha habido ni un solo momento en que me haya arrepentido por haber dejado el trabajo. En realidad era un esclavo en una jaula de oro. Luego me ofrecieron volver a trabajar en ese mundo, pero decidí no volver. En realidad el único jefe es Dios, así que, ¿hay alguien mejor para quien trabajar que no sea Él?. ¿Quién nos va a cuidar mejor que Él?

Después de Londres, vuelves a Madrid, das clases, haces cosas, hasta que surge el impulso de ponerse a escribir la novela que te pedía el alma.

Cuando vuelvo a Madrid inició una búsqueda. Empiezo a estudiar la filosofía oriental (los Upanishads, los Yogasutras…) empiezo a hacer yoga (incluso me hago un curso para ser profesor de yoga), estudio psicoanálisis, leo un montón de libros místicos, de metafísica, hago el camino de Santiago y me matriculo en la Universidad de Filosofía. Básicamente estaba buscando respuestas. Y me doy cuenta de que hay una serie de filósofos judíos, cristianos y árabes en España en la Edad Media, ligados al misticismo y a las escuelas de la contemplación de esa época. Así que decido hacer una novela sobre aquellos hombres de conocimiento tan importantes para Castilla y Aragón.

Empiezas a escribir La Llamada, cuya idea habías empezado a tejer en un viaje en tren. ¿Por qué escribes ese libro? ¿Por qué el siglo XIII? ¿Qué pasa en España en esa época?

Me di cuenta que en el siglo XIII todo el mundo venía a Castilla y Aragón a desarrollarse intelectual, espiritual y humanamente. Era el centro del mundo de la época. Y me di cuenta de que hay tradiciones espirituales que se han desarrollado en Castilla ligadas a la contemplación. Aquí estaban las mayores escuelas de conocimiento de tipo científico, astrológico e histórico de la época.

Escribiendo

La llamada nos habla del viaje del héroe. El protagonista Lorenzo, vive en Teruel una vida diseñada con la que no se siente cómodo.

La primera fase de la novela consiste en salir en la vida determinada por otros, ya que como dice Michael Hyatt, “o determinamos nuestra vida u otros la determinan por nosotros”. En la novela el protagonista es presionado para seguir la vida que su familia estaba diseñando para él. No obstante, siempre recibe consejos y ayuda de otras personas cercanas (un astrólogo y un pastor) que le enseñan que hay otros caminos. Entonces el protagonista se encuentra con la disyuntiva de seguir una vida teóricamente segura y programada para él, o embarcarse en una aventura de la que solamente tiene pequeños indicios. Por eso se llama el viaje del héroe, porque hay que arriesgarse a iniciar un viaje a lo desconocido y dejar esa vida teóricamente segura.

Lorenzo aprende a conectarse con su cuerpo a través de la respiración, algo que tu empezaste a practicar hace un tiempo.

Si, en el libro este ejercicio se lo enseña el pastor a Lorenzo, tras un desencuentro con la vida. Como autor de la novela quería abrir una puerta a Lorenzo para que se conectara con el mundo de sus sueños y el ejercicio de respiración es excelente para ese propósito.

Luego comienza la segunda etapa, la peregrinación es la siguiente fase del viaje del héroe.

Uno inicia una peregrinación pero no sabe hacia donde, ni cuanto tiempo va a tardar. Es una fase donde uno debe dejar toda la “basura que adora” de su vida, y además enfrentarse a tentaciones que le ponen a prueba. En la peregrinación el héroe madura. En concreto, en la novela, Lorenzo realiza el camino entre Teruel y Toledo que le sirve para llegar a la ciudad destinada para él, una vez alcanzada la madurez personal.

El camino a pie que hace Lorenzo desde Teruel a Toledo, lo haces tu también.

Si, también hice a pie el viaje de Lorenzo. Lo hice porque siempre consideré que escribir una novela debe ser algo divertido y debe tener parte de aventura. En mi caminata particular conocí parajes extraordinarios de Castilla y Aragón. Además me sentí genial caminando. Iba solo y sentí una conexión extraordinaria. En realidad nunca sentí la soledad, ya que el contacto con la naturaleza me permitió conectarme más conmigo y, por ende, con Dios.

Luego viene la tercera etapa, el encuentro consigo mismo.

El encuentro con uno se produce cuando uno llega a su destino. Por decirlo así, el yo superior está esperándote a que elimines el ruido de tu vida para poder encontrarte contigo mismo, con tu anhelo profundo. Simbólicamente en la novela es cuando Lorenzo llega a Toledo, el lugar destinado para él. Pero es solo un símbolo del encuentro con su propio corazón, y Toledo era el corazón en la Edad Media.

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La última etapa es la relativa al encuentro con lo universal.

Una vez que te has encontrado contigo, empiezas a realizar una labor transpersonal, aunque no lo sepas. Digamos que te conectas con el mundo del Espíritu, que transciende al yo personal. Entonces te conviertes en un instrumento de la Providencia para realizar una labor concreta, y así poner otro granito de arena para ayudar a despertar a la humanidad.

Da la impresión de que la mayoría llevamos un Lorenzo dentro de nosotros, pero que no nos atrevemos a ser nosotros mismos, recuerda un poco ese miedo a la libertad del que hablaba Erich Fromm.

Efectivamente. ¿Quién quiere ser libre hoy en día? Preferimos esclavizarnos a algo porque eso nos da seguridad. Pero esta seguridad es ficticia, aunque la necesitamos hasta que nos demos cuenta que es una muleta innecesaria. Te pongo un ejemplo del Quijote. Cuando el Quijote libera a unos presos en su camino hacia su encarcelamiento, ¿sabes lo primero que hacen estos?: le tiran piedras. Es decir, no solo queremos seguir siendo esclavos, sino que también queremos matar a quien nos ayuda a liberarnos. Hasta ese punto llega el miedo a ser libres.

 ¿En qué etapa está Gonzalo Simón?

De la vida supuestamente determinada para mi ya he salido puesto que no me dedico ni a la Economía ni al Derecho, que es lo que estudié. El peregrinaje ya lo he realizado durante 10 años hasta que he encontrado mi vocación de ser escritor. He empezado con 38 años a seguir mi verdadero anhelo y ahora tengo 42. También la novela está haciendo su pequeña labor transpersonal, porque es un camino arquetípico hacia el encuentro con uno mismo y está ayudando a mucha gente a situarse en el camino. Digamos que estoy entre la tercera y la cuarta fase.

 ¿Ves alguna similitud entre La Llamada y El Alquimista o La Catedral del Mar?

Sí. Ambas son historias de seguir el sueño personal. En “La Llamada” están un poco más estructuradas las fases y tiene también el componente de una realidad invisible, pero real, que influye todo el tiempo en el protagonista principal.

Tu obra parece muy enfocada al aspecto espiritual. ¿Temes encasillarte o crees que siempre hay aspectos nuevos por relatar?

No. Encasillarme solo sería una categorización que realizaría alguien externo a mí y realmente tiene poca importancia donde otros coloque tu obra. Creo que siempre voy a escribir de temas espirituales que puedan ayudar a las personas a vivir su día a día. Esa es mi labor.

¿Cómo le explicarías a escritores como Henry Miller, Céline, Bukowski o Limónov el anhelo del alma? ¿Crees que el ‘realismo sucio’ o el ‘malditismo’ u otros estilos un poco más oscuros están reñidos con este enfoque espiritual?

En realidad somos un estado de consciencia. Cada uno de nosotros podemos vibrar en una u otra sintonía en función de nuestra conexión espiritual, nuestras necesidades y nuestras experiencias. Es parecido a la frecuencia que emite una radio. Una cadena puede emitir a 100 Hz y la otra a 90 Hz. Cada una vibra en función de su armonía y su necesidad vital. Es importante observar el efecto que tiene lo que escribimos en los demás y si damos esperanza.

¿Quién elige el anhelo del alma? ¿Hay una vida anterior donde el anhelo del alma es asignado?

El anhelo del alma representa nuestra esencia. Es algo que tenemos cada uno de nosotros como otorgado. Lo que cambia es como llegamos a encontrarnos con él en cada vida. Antes de nacer hay una especie de negociación con nuestros guías. Ahí se creamos el escenario que vamos a vivir, en función de las lecciones que tenemos que aprender. Hay veces que seguir nuestro anhelo se hace muy difícil por el entorno tan duro que se nos presenta, y otras es mucho más fácil. Pero a nadie se le niega la oportunidad de seguir su anhelo.

Alguien podría decir que si todos encontramos el anhelo de nuestra alma, no va a quedar nadie para poner un café.

No. Hay un chico en Toledo que hace un café artesanal impresionante. La diferencia es enorme con el café de cualquier cafetería. Hoy está en el número 1 de Trip Advisor de Toledo. La clave es ponerle el corazón en lo que hagas. Por otro lado, al seguir el anhelo de nuestra alma, muchas necesidades que nos creamos desaparecerían. Muchos productos que compramos hoy en día dejarían de comprarse y la gente que se dedica a la fabricación, distribución y comercialización podrían dedicarse a realizar una labor creativa.

En tu caso, ¿quién fue tu guía?

Todos tenemos un montón de guías, tanto visibles como invisibles. Esto es parecido al colegio. Cuando estamos en preescolar nuestro guía es la “seño” que nos daba todas las clases. Luego tenemos profesores para cada materia. Después en la universidad, catedráticos que nos enseñan materias más profunda y específicas; y si hacemos el doctorado tenemos un profesor que nos lleva la tesis. Pues en el camino del héroe es parecido. A medida que vamos despertando se nos van asignando guías más concretos y específicos. Así que he tenido muchos guías en función de las elecciones que he realizado.

En tu blog das consejos a la gente… los ayudas a encontrar el anhelo de su alma.

Uno puede estar con un gran guía a su lado, que si no quiere hacer nada, o si quiere seguir negándose a si mismo, no lo va a hacer. Por mucho que reciba ayuda no va a hacer nada hasta que no haya alcanzado la madurez suficiente o haya perdido el miedo. Los artículos que escribo son básicamente para dar ánimo a la gente y para decirles que seguir el anhelo del alma no es para tanto, ni tan imposible como nos lo ponemos. Nos tendemos a imaginar a alguien creativo viviendo en un cuarto oscuro, sin relacionarse con nadie y muriéndose de hambre, cuando no es así. En realidad la gente no sigue su anhelo por miedo (miedo al cambio, miedo a no ser querido por su comunidad, miedo al éxito, etc). Pero al seguir su camino supuestamente seguro, lo que ocurre es que en realidad mueren en vida.

Parece que Toledo te inspira. ¿Qué tiene Toledo? De aquel Toledo efervescente de la Edad Media, ¿qué queda hoy en día?

Cuando entras en una casa, se puede ver si ese hogar es feliz o si hay desarmonía. Esto es así porque lo que ocurre a nivel psicológico y espiritual en la casa, se impregna en las paredes. Lo mismo ocurre en Toledo. Cuando vas por las calles aún está impregnado el ambiente que se respiraba hace siglos, para lo bueno y para lo malo. Especialmente es significativo el excepcional ambiente que se puede sentir en la sinagoga de Santa María La Blanca, que era la más importante de Castilla.

Prefieres un estilo directo, frases cortas, simples y sencillas.

Me gusta el estilo directo, sencillo, con frases cortas y simples. Hace unos siglos se llevaba más un estilo más recargado, pero ahora, con la cantidad de información que nos bombardea cada día y con la falta de tiempo, creo que lo mejor es ir directo al grano. Un estilo muy recargado corre el riesgo de aburrir al lector a las primeras de cambio.

Muchos escritores dicen que hay que sufrir o escribir con dolor para escribir algo realmente bueno. ¿Crees escribir con dolor es incompatible con el anhelo del alma?

Escribir tiene fases de euforia y de depresión, ya que uno nunca está seguro de lo que escribe y tiene dudas. De ahí a sufrir o sentir dolor creo que va un mundo. También depende de la historia que estés contando. Pero en general creo que con la escritura hay que disfrutar. Creo que es necesario desmitificar la figura del escritor y su proceso. Si se exagera cómo es el proceso, lo único que se hace es apartar a los nuevos escritores o crear un mito del proceso de escritura. Creo que no es necesario sentir dolor, ni desgarros, ni sufrir para escribir una buena obra.

Muchísimos escritores dicen que es imposible vivir de la escritura. Tu te has auto editado tu novela y tú te encargas de promocionarla. ¿Crees que es posible vivir de la literatura?

Claro que es posible. Lo que ocurre es que hay que dedicarse y estar dispuesto a sacrificarse y trabajar mucho. Si escribes tu novela y esperas que se venda sola, pues puede ocurrir; pero lo más normal es que te la compren tus amigos y vendas cien ejemplares, y ahí se termina el proceso. Yo soy de la opinión que parte del trabajo del escritor es poner su obra en el mundo. A mi me gusta mucho tener contacto con los lectores y hablar con ellos. Además esto me ayuda a saber a no perder contacto con el mundo. Intento promocionar la novela allí donde me llaman.

¿Cómo lleva las redes sociales? ¿Te quitan mucho tiempo?

Las redes sociales son geniales para crear una plataforma que me permite tener contacto con los lectores. Para mi las redes sociales incluyen también la página web de la novela (www.lallamada.org) y demás medios de comunicación. Como yo lo veo es que hoy en día tenemos una voz que, si eres bueno y pertinente, puede llegar a millones de personas. Yo no creo que las redes sociales me quitan parte del tiempo, sino que es parte de mi trabajo. Además la ventaja es que a cualquier hora del día te puedes comunicar con tus lectores y puedes crear tu propio horario de trabajo.

 Volviendo a La Llamada ¿Qué pensaría Lorenzo de la actual España, crees que se uniría a movimientos como el 15M o por el contrario trataría de asesorar a Rajoy?

Lorenzo es alguien que busca la libertad, pero al mismo tiempo que hace su pequeña labor en el mundo para ayudar al despertar espiritual y que otros sean libres. Hay que tener en cuenta que la labor de despertar e iluminación (el viaje del héroe) es un camino personal, que está más allá de la política. La política solamente es parte del escenario el cual debe transcenderse.

¿Se parece aquella época y ésta en lo que a ser humano se refiere?

Poco ha cambiado la vida desde entonces, en cuanto a las necesidades básicas humanas. Quizás en aquella época es posible que estuvieran un poco más avanzados espiritualmente, más que nada por su conexión con la naturaleza, con los astros, y también con Dios. Ahora hemos avanzado mucho a nivel científico en el campo material (física, química…) pero poco a la hora de resolver el problema de fondo del hombre. Por decirlo así, seguimos igual de dormidos o es posible que más que antiguamente.

¿Estás preparando una segunda novela?

La novela “La Llamada” me llevó cuatro años de intenso trabajo. Se cumple ahora un año de la publicación y ya he descansado lo suficiente psicológicamente para iniciar nuevos proyectos. Pero no se como se materializarán.

¿Para entonces crees que ya habrá más gente que se atreva a seguir el anhelo de su alma? ¿Qué les dirías a aquellos que aún no se atreven a dar el paso?

Creo que las estadísticas son las siguientes. Normalmente uno de cada cien se pregunta que es lo que ha venido a hacer aquí y probablemente uno de cada cien de estos, decide seguir su anhelo. Creo que los números siempre han sido parecidos. Pero realmente dar el paso no es para tanto. Son nuestros miedos y proyecciones las que hay que romper. Luego una vez dado el paso te das cuenta que los miedos que tenías son ridículos. La vida siempre abre puertas a quien se arriesga.

El autor
Carlos Battaglini

Lo dejé todo para escribir Samantha, Otras hogueras y Me voy de aquí.

5 comentarios
  1. Me gustó la entrevista, soy escritora, he escrito de todo menos novela, admiro a Gonzalo por sus logros y empeño, le deseo lo mejor y que continúe escribiendo. Estoy motivada por la novela de Gonzalo para escribir una novela también.

  2. Esta muy bien eso de la ¿libertad? Para ser completamente libre debes ser un completo egoísta. Es una carrera de fondo en la huida de responsabilidades.
    Gran blog Nico te descubrí en la entrevista del programa Levando anclas.
    Un saludo.

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