Entra Septiembre con sus uñas heladas, anochece para bajar el telón de los ánimos, siga leyendo por favor, la calma como síntoma nervioso y se siguen enviando miles, millones de e-mails, mensajitos de Facebook etc. la mayoría de ellos encabezados o despedidos por una exclamación, Hola Juan!!! Ana!!!! ¡Cómo estás! ¡Abrazos! Y yo, obviamente, hago…
‘La falsedad de una exclamación’
