La Llamada, cuenta la historia de Lorenzo Díaz, un hombre que renuncia a vivir la vida que estaba diseñada para él para seguir su verdadero anhelo del alma. La novela transcurre en pleno siglo XIII entre Aragón y Castilla, reinos que por aquel entonces vivían momentos de esplendor.
Lorenzo nace en el seno de una familia de clase media, compuesta por una bondadosa madre que contrasta con su ambicioso padre: un ganadero lanar de nombre Diego Díaz cuya máxima preocupación consiste en amasar dinero y trepar en la escala social. Como hombre bruto y de ideas fijas, Diego ya tiene una vida diseñada para Lorenzo al que designa como su sustituto para llevar las riendas del negocio lanar. Sin embargo, Lorenzo que ya desde su nacimiento se revela como alguien especial y poseedor de una voz interna que lo guía, se va dando cuenta de que dichas actividades lanares no encajan con su naturaleza innata. El turolense intuye que tiene un camino espiritual por recorrer, un destino que choca con una casa dominada por su padre tiránico y unos hermanos incomprensivos.
Empezando a ser consciente de su faceta espiritual, Lorenzo se relacionará con personas que saben apreciar su destino como su padrino Daniel que le empieza a mostrar los mundos de la espiritualidad. Entra también en contacto con la cultura judía a la que siempre se sentirá muy apegado dado su alto grado de comprensión de los asuntos del alma y su fe en la astrología a la que Lorenzo también se aferrará.
Durante este periodo adolescente, Lorenzo conoce además a la que iba a ser el amor de su vida, Ariadna, una bella muchacha con la que compartirá unos momentos inolvidables, pero a los que el destino separa de manera abrupta.
Lorenzo sigue incómodo en Teruel y no tarda en descubrir que su destino transcurre en otro lugar. En uno de sus sueños, al turolense se le aparece la ciudad de Toledo y queda maravillado por la visión de la ciudad de las tres culturas.
Siente entonces la necesidad de dejar Teruel y poner rumbo a la capital de Castilla, ciudad que se ha convertido en el lugar más ilustrado de Europa, centro del saber y núcleo aglutinador de las traducciones de los libros más avanzados del momento. Un buen día por tanto, Lorenzo abandona su casa y comienza “el camino del héroe”, una dura senda en busca del anhelo de su alma que lo llevará a pie a lo largo de muchos pueblos de España hasta llegar a Toledo.
El camino hasta llegar a la capital de Castilla, no resultará fácil en muchos sentidos. Lorenzo no sólo tiene que hacer frente a la escasez de alimentos y a las dificultades que se encuentra en un camino lleno de peligros, sino también a las constantes preguntas que él mismo se formula, lo cual le hacen dudar en varias ocasiones de la decisión tomada.
Lorenzo encontrará refugio y apoyo en Dios y en sus creencias religiosas, lo que le ayudará a reafirmarse en su decisión. La voz de su intuición le orientará además a la hora de tomar la senda correcta, advirtiéndole por ejemplo de que no sirve tomar atajos ni caminar por el camino en apariencia más fácil cuando de la búsqueda del anhelo del alma se trata.
Lorenzo continuará a pie por muchos pueblos de España, al mismo tiempo que la península ibérica acoge continuas batallas entre cristianos, moros y también entre cristianos contra cristianos, mientras que los judíos serán señalados por muchos como los causantes de todos los males. En este contexto Jaime I al mando del reino de Aragón, y Alfonso X el Sabio, comandando el de Castilla, tendrán un papel predominante. No obstante, preocupaciones y retos de ambos monarcas difieren. Mientras que Jaime I tiene que luchar contra los nobles de su propio reino, Alfonso X combinará un gran interés intelectual con una ambición desmesurada.
Lorenzo desempeñará diferentes profesiones y actividades a lo largo de su duro camino. Llega a hacerse fraile en un monasterio de Cuenca, pero lo abandona cuando su voz interna le advierte de que está empezando a desviarse de su anhelo del alma.
También se convierte en trovador, una actividad que pondrá sus creencias al límite, a base de ser humillado por los otros trovadores que lo hacen ejercer al principio de bufón. Lorenzo acabará integrándose en el grupo de los trovadores y disfrutará por un tiempo de la vida bohemia, la fiesta y las mujeres hasta darse cuenta de que no puede continuar con esta vida inestable.
A medida que Lorenzo va madurando, su capacidad espiritual va robusteciéndose, así como su fuerte creencia en Dios y su gran confianza en la religión judía. Como símbolo de apego a esta última religión, Lorenzo llevará consigo una menorá o candelabro judío de siete brazos, la cual le servirá como amuleto de la suerte.
El turolense cada vez va comprendiendo mejor el mundo, el universo, su función en esta vida. Mientras tanto, Toledo continúa su ascenso ilustrado gracias a la labor de Alfonso X el Sabio, pero al mismo tiempo este mismo rey de carácter bipolar e imprevisible pone en jaque al reino de Castilla por sus constantes caprichos que lo hacen querer ser emperador a toda costa. Al mismo tiempo, la Iglesia se radicalizará cada vez más, aumentando sus persecuciones de manera significativa. Lorenzo no comulgará con la Iglesia a la que no le reconoce su proclamación como únicos portavoces y representantes de la palabra de Dios.
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