Los expatriados siempre hacen las mismas preguntas

Liberia

Esto es lo que preguntan los expats: “¿De dónde eres? ¿En qué organización trabajas? ¿Cuánto tiempo llevas en Liberia? ¿Cuánto tiempo vas a estar por Liberia? ¿Dónde estabas antes?”.

Son las clásicas. Las típicas preguntas que te hace sobre todo, el llamado colectivo ‘expat’ (abreviatura de expatriado) es decir, aquellos que vienen de otros países y trabajan principalmente en la también denominada ‘comunidad internacional’. Ok.

El por qué, y los motivos que se esconden detrás de estas preguntas. Veamos, este estereotipado interrogatorio obedece desde mi punto de vista a varias razones. A saber, que al ser humano le gusta identificar, etiquetar y clasificar (ar ar) lo que tiene en frente cuanto antes. Necesita entender lo que ve alrededor para comprenderse mejor a sí mismo y para sentirse a su vez, más adaptado al medio, más integrado con el resto.

También. Estas preguntas ayudan aliviadoramente a romper el hielo. A conectar. Sí, ocurre cuando se está frente a alguien, y ya sabes, notas que no acaba de emerger una conversación fluida y ¡zas!, se van sacando las preguntitas clásicas de la chistera, y un diálogo como el que sigue a continuación se reproduce de manera automática:

-“¿Qué haces en Liberia?”, interrogará alguien con ojos, dos orejas y posiblemente una nariz.

-“Pues, trabajo de asistente técnico en el Ministerio de Justicia…”, dirá el interrogado, sintiéndose aliviado de poder decir algo por fin.

La otra persona dirá, “Ah, el Ministerio de Justicia” y asentirá varias veces, como haciendo ver que le interesa mucho lo que el otro le está contando. Y continuará:

“¿Y cuánto tiempo llevas en Liberia?”, -dirá de nuevo el interrogador cambiando la posición de su cabeza y abriendo un poco más los ojos.

-“Eh, llevo poco, casi dos meses”, dirá el interrogado moviendo tímidamente los hombros.

Y el interrogador expulsará  ipso facto un:

-“Ah, entonces eres prácticamente un recién llegado”.

Y el cuestionado, volverá a  agitar un poco los hombros como diciendo que bueno, que sí, pero que bueno, que tampoco eh.

El interrogador (ya no lo para nadie) seguirá completando el test con un:

-“¿Y cuánto tiempo vas a estar en Liberia?”. En este instante, si ya hay confianza, se puede añadir un man, “¿Y cuánto tiempo vas a estar aquí, man”? (o se puede agregar pringado si el subconsciente tiene un poquitín de mala leche) “¿Y cuánto tiempo vas a estar aquí, (pringado)?”

Y el interrogado dirá, “eh, pues dos años seguro, luego ya veremos”. Y puede que añada otro de los clásicos, un “nunca se sabe”. ¡¡Ajá!!

El interrogador naturalmente dirá entonces:

-“Ah, entonces vas a estar aquí un buen tiempo en Liberia”.

Y el interrogado responderá:

-“Eh, sí”. Y pensará para sí mismo, joder, pues es verdad que voy a estar un huevo de tiempo en Liberia…

El interrogador que se acaba de abrir una cerveza y ha pedido otra para el interrogado, rematará el circuito clásico con un:

-“¿Dónde estabas antes de venir a Liberia?”.

Y el interrogado (ya no lo para nadie tampoco) dirá por ejemplo:

-“Bueno, estuve en Nepal unos años, luego en Costa de Marfil, más tarde en Camerún, y ahora aquí”.

Y el interrogador volverá a asentir con la cabeza varias veces y elevará un poco sus labios como diciendo, “Wow, qué interesante, qué vida man”. Y le alcanzará la cerveza al interrogado.

A partir de aquí. Uno ya puede empezar una conversación más real, menos tópica. Aunque muchas veces, tras el interrogatorio, vuelve a reinar el vacío… Pero a pesar de todo, es cierto que esta batería de preguntas ayudan muchísimo. Yo lo he visto. Sobre todo con aquellos seres que pertenecen a tribus diferentes.

Y es que no es lo mismo sí, hablar con otro español, o con un italiano, o un griego e incluso con un francés, que hacerlo con un danés, un alemán, un húngaro, un norteamericano, un holandés. Diferentes planetas. Difícil resulta inaugurar la complicidad entre las tribus del norte y las tribus latinas. Por ejemplo.

La globalización sí, pero al final se acaba yendo a lo conocido, a lo fácil, a la comprensión, al calor, a la cervecita. A pesar de toda la teoría integradora, casi siempre, las tribus se juntan dentro de la diversidad allá donde se encuentran: la finlandesa con la sueca, el alemán con el holandés, el español con el italiano. Para otras personas sin embargo, resulta sencillo saltar de un clan a otro. Los instintos más humanos además, ayudan a traspasar fronteras… Todo es falso, con lo cual es verdad, como decía Popper. Y el tópico está para destruirlo.

Pero insisto, ocurre mucho que la integración se desintegre y viceversa. Y pasa: estar ahí, al lado de un miembro de una tribu lejana, y el tópico interrogador apareciendo, cuando no el recurso salvador de la conversación futbolera, “¡eres del Barça! ¡Messi, Messi!” O el tiempo, “¡qué calor, eh! Sí, mucho calor”, dirá el otro.

El otro gran clásico de estos lares (¡más madera!) por cierto, es el “I haven’t seen you for a while”. Y el aludido suele decir algo así como, “ah bueno sí, he estado muy liado”. Entonces.

No es fácil.

Me pregunto si alguna vez habrá alguien en este tipo de ambientes que no te pregunte nada. Que simplemente te salude, te comente cualquier asunto, en lugar de empezar la retahíla de preguntas manoseadas. Y que conste que en realidad esto no me molesta. Me salva.

Y es que la superficialidad ayuda. Es fundamental. Imagínate si uno no tuviese la posibilidad de sacar todos estos recursos, todos estos pequeños trucos dialécticos que ayudan al hombre (un ser sociable por naturaleza) a interactuar. Imagínate quedarte frente a alguien sin saber qué decir, dejando que pasen los segundos…

Pero entonces tal ve se podría crear otro lenguaje. Sí, imagínate que a falta de las muletillas salvadoras, uno saliese con otros recursos, tales como, “Hey, ¿sabías que la luna puede ser cuadrada?”, y otro diría algo así como, “Y los perros juegan de añil”. O “Ayer me bebí un trozo de libro que hablaba”.

Y no habría guerras.

El autor
Carlos Battaglini

Lo dejé todo para escribir Samantha, Otras hogueras y Me voy de aquí.

5 comentarios
  1. ¡¡¡Cuanta razón tienes!!! es cierto, son las típicas preguntas absurdas, pero que en un momento dado, te sacan de no saber que hacer!!!de no saber que hablar!!!, porque usted, no me pone!!!
    Que reine la coherencia y que me pregunten coherencias!!!¿es tan dificil?
    Sigue adelante Carlos, me encantas!!!

  2. Carlos que bueno eres…..eres un crack, upps, perdón que este mensaje es superficial….eres un puto crack! Muchísimo ánimo y sigue así, que muchos se seguimos. Un abrazote desde el paraiso….

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